Espeleología: aventuras en Cabilia
En la primavera del 2014, Phil Bence y sus compañeros de aventuras fueron a explorar dos cavidades del macizo del Djurdjura, en Cabilia. Este macizo argelino es un terreno kárstico muy conocido entre los espeleólogos del mundo entero. Allí se encuentran dos de las simas más profundas de África: Anou Asfis (-1200 m) y Anou Boussouil (-805 m). Su relieve esencialmente montañoso también integra un ecosistema variado, cuya amplia biodiversidad está protegida por varios parques nacionales. Como información, el macaco de Berbería o Magot es el único que sobrevive en el continente africano y ¡sorprende encontrárselo en un lapiaz! Phil Bence nos relata esta expedición rica en historia y descubrimientos…
21 Julio 2014
Espeleología
Macizo del Djurdjura: la esperanza de los espeleólogos
La exploración de estas dos profundas cavidades se inició a principios de los años 80 por espeleólogos franceses. Después de este productivo periodo, las cosas se complicaron por razones políticas, el acceso al macizo era más difícil y, del 1995 a los años 2000, el ejército ocupó las montañas; son los "años negros" del terrorismo.
En estos últimos años, la situación se ha ido estabilizando lentamente y ahora el acceso está autorizado, aunque esté muy regulado, ¡sobre todo como visitantes extranjeros que somos!
Es imposible poder explorar estas cavidades o cañones sin contar con una invitación formal por parte de un club del país. A través de unos amigos tunecinos, nos pusimos en contacto con el CSSM de Bejaia, un equipo dinámico y motivado dispuesto a reemprender las exploraciones en su país.
Anou Asfis y Anou Boussouil: el programa de exploración arranca de nuevo
Durante nuestra estancia, teníamos intención de explorar Anou Boussouil a partir de los interrogantes que se dejaron en la topografía de la cavidad a 500 m de profundidad. Mientras que los primeros exploradores siguieron el camino más evidente, hay muchas posibilidades de encontrar nuevas continuaciones, pero tenemos que ir allí para descubrirlo en directo y quedarnos tranquilos. Nuestras ganas de adentrarnos en lo desconocido es lo que nos instiga a continuar explorando.
Anou Boussouil
Nos encontramos 15 personas delante de la entrada, es un sumidero que recoge las aguas de una vasta dolina. Prohibido ir bajo tierra aquí con una meteorología incierta...
El descenso es la ocasión para algunos de batir su récord de profundidad, ¡una oportunidad que se puede perder! Éste es el primer descenso a - 500 para Maroua, la primera mujer del Magreb en alcanzar esta cota. Es muy significativo ver que también las mujeres musulmanas tienen la motivación, la energía y las competencias para desenvolverse igual de bien que nosotros los hombres. La sima es estética y de fácil progresión, es un precioso cañón bien esculpido hasta el encadenamiento de los grandes pozos, donde empieza a tomar otras dimensiones.
Algunas horas más tarde, cinco de nosotros estamos en la galería fósil después de superar la sala conocida como “la salle des affamés” (la sala de los hambrientos), buscando nuevos pasos. Redha Atia, motor de la espeleología en Argelia desde hace varios años, está entre nosotros y es magnífico ver su motivación. Después de haber equipado un pequeño resalte, encontramos rápidamente dos nuevos pasos. En el primero, una desescalada permite llegar a un tramo estrecho bien ventilado, la pequeña figura de Redha le permite pasar e ir a ver un poco más lejos en el meandro hasta un nuevo tramo estrecho que requerirá un poco más de trabajo para ser superado.
El segundo paso es mucho más sencillo. Una desescalada entre dos bloques lleva a una vertical de una decena de metros donde instalamos una cuerda. La continuación se encadena rápidamente desescalando en un meandro confortable hasta un resalte más expuesto. Decidimos detenernos allí y dejarlo para que los argelinos lo continúen sin nosotros… La exploración en esta cavidad abre una nueva página y ahora les toca a nuestros amigos escribir la continuación de forma autónoma, otro importante paso simbólico hacia delante en mi opinión.
Durante el resto de nuestra estancia, exploramos otras cavidades con menos suerte. Ésta es la otra cara de la espeleología y es la más corriente: mucho esfuerzo para nada.
Cañón de Asfis
Todavía tuvimos la suerte de recorrer el bello cañón de Asfis, abierto también por espeleólogos franceses en la misma época. Necesitaron varias tentativas para llegar al final de esta estrecha garganta, con un aspecto como si alguien hubiese dado un golpe de sable en el macizo. En la época, se consideraba el descenso de barrancos como la "espeleología a cielo abierto" y habían instalado cuerdas fijas para ir y volver, como en espeleología. Reequipamos las cascadas para las prácticas modernas de barranquismo, con clavijas de 12 mm y anclajes de inoxidable para instalar los rápeles. Asfis es una pequeña joya y ya tenemos ganas de regresar para explorar la parte superior.
En cada viaje, me considero muy afortunado por tener el privilegio de compartir mi pasión con espeleólogos del mundo entero.
Estamos muy agradecidos a nuestros amigos del club de espeleología de Bejaia, a Hamid, presidente de la organización, a Medhi por haber iniciado esta aventura y a nuestros amigos tunecinos.
¡Seguro que volveré a Argelia, Inshallah!
Phil Bence
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