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Makatea, cuando la solidaridad se encuentra con la escalada

10 Diciembre 2020

Escalada en rocódromo y en pared

Makatea, isla singular de la Polinesia, es un círculo de coral elevado de un centenar de metros, de aguas turquesas, fauna y flora muy variados, de paisajes de ensueño… pero también una isla explotada y abandonada en medio de los restos de las minas de fosfato. Makatea toma actualmente un nuevo respiro con el proyecto de colaboración entre la asociación Maewan y los habitantes de la isla para un desarrollo basado en el ecoturismo sostenible gracias a la práctica de la escalada.

© PETZL Guillaume Broust

Una formación geológica única antiguamente sobreexplotada

Makatea es única. La isla representa el atolón más elevado del mundo, un círculo de coral que por el juego de las placas tectónicas sobresalió del agua un centenar de metros.

Makatea es una perla de la Polinesia:

  • Dieciséis kilómetros de paredes calcáreas de una calidad difícil de encontrar
  • Un bosque endémico primario, con cuevas de agua dulce
  • Un suelo rico lleno de cangrejos de los cocoteros
  • Corales únicos
  • Agua cristalina

Sin embargo, la isla es conocida por haber sido la mayor fuente financiera del país hasta 1962. No menos de cuatro mil personas, polinesios y mano de obra procedente de otros lugares, trabajaron para la explotación de un fosfato de excelente calidad que desborda en estas tierras de ocho kilómetros de largo. En esta época, la isla se desarrolló con la llegada de los trabajadores: se construyeron nuevas infraestructuras como un hospital, comercios o incluso un puerto industrial. De un día para el otro, la explotación se detuvo debido a la coyuntura internacional. La mano de obra se fue, dejando a cincuenta y seis habitantes en una isla donde un tercio fue saqueado. Los barcos de avituallamiento ya no venían, la vida de antaño se retomó a pesar del impacto sufrido.

© PETZL Guillaume Broust

Un proyecto de desarrollo de ecoturismo deportivo y duradero

Desde hace poco, los escaladores han descubierto la isla y la calidad de sus paredes. Así es cómo en 2018 Heitapu creó el club Makatea Escalade y conoció a la asociación Maewan. El proyecto de un desarrollo de ecoturismo deportivo en Makatea nacido de una coordinación entre el club, la asociación, el alcalde de la isla y el director de Acropol, una sociedad de trabajos en altura. Es un proyecto de gran envergadura que requiere un acompañamiento sostenido con el fin de ser viable. Además, estas actividades relacionadas con la verticalidad requieren un conocimiento y una supervisión muy específicos. 

El principal desafío es adaptar el proyecto a los deseos de los habitantes y a la capacidad de acogida. También hay que hacerles sentir parte del proyecto, explicarles cómo podrán beneficiarse de este modo de desarrollo. Al principio, los autóctonos se sienten escépticos.

La práctica de la escalada en el archipiélago no está desarrollada. La asociación Maewan expuso el proyecto al ministerio de los deportes y educación polinesio, que se convirtió entonces en el principal colaborador de la autorización para que la asociación realice intervenciones en las escuelas polinesias. En Makatea, la asociación Maewan sensibiliza a los niños sobre el equilibro frágil y difícil que existe en la isla especialmente sobre las cuestiones de conservación de agua potable y de gestión de la contaminación. El objetivo también es animarles a practicar y conocer la escalada gracias a intercambios con escaladores procedentes de otros continentes.

© PETZL Guillaume Broust

Una colaboración entre los locales, autoridades, la asociación Maewan y los escaladores

La oficina de turismo, así como el servicio postal y de telecomunicaciones polinesio también se implicaron e instalaron una antena de telecomunicaciones. Las sociedades relacionadas con la práctica de la escalada formaron parte del proyecto. Es el caso de Petzl con la que la asociación puede hablar sobre las problemáticas de corrosión, de acompañamiento técnico y de formación de los miembros del club Makatea Escalade. La fundación de la empresa estableció un dispositivo de rescate, de formaciones complementarias y kits de material de rescate.

Para abrir las vías y desarrollar los itinerarios de escalada, se formó un equipo internacional de escaladores procedentes del mundo entero. Todos los niveles deben estar representados. Los sectores se hablan con los habitantes locales: algunas paredes albergan sepulturas antiguas y son sagradas, otras albergan aves endémicas, otras todavía se encuentran en medio de un campo de cocoteros explotado. Las elecciones están hechas respetando sus voluntades. La cuestión de seguridad y de rescate de la actividad es una prioridad. Todas las aperturas de vías se deciden para facilitar las evacuaciones eventuales. Cuatro escaladores del club Makatea Escalade siguen formaciones de rescate con la seguridad civil polinesia que acompaña el desarrollo de la isla gracias a la apertura de una antena local.

© PETZL Guillaume Broust

Un inicio prometedor para los años venideros

Durante la realización del proyecto, se han tejido vínculos con todos los habitantes. Sin embargo, una parte de la población no siempre ve el interés de todos estos esfuerzos o bien simplemente no creen en ello. Varias concentraciones se organizaron para cambiar, informarles de los avances, responder a las preguntas. Lo más importante ha sido hacerles comprender por qué su isla tan familiar y banal a sus ojos es excepcional y especial. Los habitantes locales se animaron a participar en el proyecto. Los responsables locales se formaron para el seguimiento de los equipos y el mantenimiento de los lugares. Poco a poco, las dudas y la desconfianza se fueron disipando. Se organizaron estands de venta de productos locales y artesanía y todos trabajaron para crear el camping que acogió a los doscientos polinesios que llegaron para el primer evento.

El evento de lanzamiento fue un éxito, todos los participantes quedaron impresionados por la acogida, la isla, las actividades deportivas y la visita turística a los restos de la mina de fosfato. La reunión final con todo el pueblo fue la recompensa de todos los esfuerzos: todos acabaron comprendiendo el proyecto de desarrollo ecoturístico deportivo, aceptado y confirmado. ¡Ya se habla de una segunda edición!

El velero de la asociación Maewan retomó entonces su ruta hacia los mares del sur, para nuevos encuentros, con una sonrisa en los labios. La asociación continúa desde su base local a apoyar el desarrollo del club Makatea Escalade para la búsqueda de nuevos colaboradores para escribir la continuación de la historia.

© PETZL Guillaume Broust

 


 

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