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Parque eólico offshore: una bocanada de aire fresco para profesiones con futuro

La energía renovable proveniente de aerogeneradores offshore se está convirtiendo en una de las fuentes de energía más importante de Europa. Efecto colateral: nuevas oportunidades de empleo para los especialistas del trabajo en altura. Descubra con nosotros el día a día de esos trabajadores en condiciones extremas a través de los ojos de Odila Gaertner, que lleva años en esta profesión particular...

2 Marzo 2023

WIND OFFSHORE

La producción de electricidad a partir de energía eólica se ha convertido en un objetivo crucial, tanto para contribuir a una Europa sin CO2 como desde un punto de vista económico. En la industria eólica, Alemania desempeña un papel esencial. Además de la construcción de aerogeneradores, los nuevos retos son el mantenimiento y reparación de los parques eólicos, como es el caso de los parques eólicos offshore DanTysk y Sandbank, cuya explotación gestiona Vattenfall en el German Bight. Esos parques, con 152 aerogeneradores en total, pueden, si se dan las buenas condiciones, generar una potencia de dos veces 288 megavatios (MW) y, por lo tanto, proporcionar la energía de un total de 800 000 hogares. Una avería debida a problemas técnicos en un aerogenerador supone una pérdida financiera enorme. En consecuencia, la empresa encargada del parque centra toda su atención en la disponibilidad y el mantenimiento del sistema. Les especialistas que intervienen deben disponer de un nivel elevado de competencia técnica y, además, estar familiarizados con el trabajo en altura y las técnicas de acceso con cuerdas.

Petzl ha hablado con Odila Gaertner en el parque offshore DanTysk. Odila es la responsable del servicio de mantenimiento para los parques eólicos DanTysk y Sandbank, que pertenecen a las empresas Vattenfall y Stadtwerke München. Además de estar diplomada en mecatrónica automovilística, fue técnica y topógrafa en parques eólicos y es técnica en trabajos verticales de nivel 3, posee todos los certificados de la GWO y una formación adicional de manejo de equipos de respiración, de jefe de equipo de intervención de urgencia y de HDA (asistente de helipuerto). Desde 2015, trabaja y vive con regularidad durante periodos de dos semanas en medio del mar del Norte, a unos 90 kilómetros del continente. Un barco CTV la lleva junto a sus compañeros técnicos a través del mar durante unas 3 horas o 3 horas y media, cada 14 días, hacia la OAP (Offshore Accommodation Platform), donde viven y trabajan. Después, se desplazan a diario a los aerogeneradores si las condiciones de viento y oleaje lo permiten. Desde ahí se explotan dos parques eólicos: DanTysk con 80 aerogeneradores Siemens SWT 3,6 MW y Sandbank con 72 turbinas SWT de 4,0 MW. 

 

Le damos la bienvenida al mundo de los técnicos de mantenimiento offshore

Un turno de trabajo dura 12 horas, por lo que son jornadas bastante largas. Odila reconoce que muchos técnicos que descubren por primera vez esos 14 días de turno en el mar acaban muy cansados. «La jornada laboral de un técnico comienza a las 6h30 con la Toolbox Talk diaria, una reunión breve para especificar las tareas, sus particularidades y los aspectos relacionados con la seguridad. Todo se comunica en inglés. Los equipos de la instalación suelen estar compuestos por técnicos alemanes y daneses, pero también hay equipos solo de alemanes y solo de daneses, y otras cuantas nacionalidades», explica Odila. Pero la regla es, más bien, una mezcla «DanTysk». Tras la reunión, de entre 5 y 15 minutos, los técnicos se preparan. A las 7 en punto, llega el primer CTV que lleva a los técnicos. Durante los meses de invierno, los trayectos y las incorporaciones al trabajo se hacen en helicóptero, ya que el mar del Norte no suele permitir el traslado en barco.

TPueden trabajar al mismo tiempo entre tres y seis técnicos. «El equipo principal suele estar compuesto por tres personas y el equipo de rescate está previsto para un máximo de seis personas. Nuestra preocupación principal es enviar técnicos solo con el material adaptado», explica Odila, ya que el espacio en la plataforma es reducido. El departamento se basa principalmente en el trabajo en equipo y una perspectiva «Safety First» aplicable a todo el mundo. Por eso, la coordinación de Odila juega un papel crucial. Cuando se llevan a cabo operaciones en el exterior de la plataforma, o cuando se reemplazan elementos grandes, ningún técnico puede trabajar debajo de esta. El riesgo de que algo caiga desde una gran altura es demasiado importante.

Todos los técnicos que trabajan en aerogeneradores deben poseer una formación en rescate. Y aún queda establecer equipos de rescate en altura para las plataformas y equiparse con embarcaciones especiales para transportarlos al lugar del accidente lo más rápido posible. Por ello, Odila y sus compañeros insisten en realizar con regularidad ejercicios de rescate denominados «escenarios de rescate por etapas», que tienen lugar allí mismo. En ocasiones, los rescatadores en tierra pueden tardar una hora en llegar, incluso en helicóptero.

Viento, olas, concentración y comunicación

La comunicación es la prioridad absoluta al trabajar en un aerogenerador. Los intercambios entre compañeros son constantes en todas la etapas de las largas jornadas de trabajo. Las olas, la lluvia fina de agua de mar y el viento también desgastan los nervios y el cuerpo, al igual que la elevada complejidad de las tareas. Ya que hacer una escapada rápida a la tienda de materiales de construcción no es posible, el técnico debe poseer las competencias que le permitan hacer reparaciones y encontrar soluciones. Es un trabajo que exige mucho físicamente y en el que muchas veces se necesitan técnicos en trabajos verticales y acceso mediante cuerda que conozcan a la perfección los EPI. En el mar, debe recurrirse a los EPI en condiciones climáticas difíciles y hay que emplear, además, un traje de supervivencia que proteja de las temperaturas glaciales y del viento y en caso de caída al agua fría. Odila estima que los técnicos llevan 10 kilos de equipo encima. Si a eso se le añaden los traslados a diario en barco, no es de extrañar que muchos de ellos sufran mareos al principio.

Microcosmos OAP

Tras alrededor de 10 horas de trabajo, el CTV regresa con los técnicos al lugar donde viven. Odila, por su parte, aún debe ocuparse de controlar cómo avanza el trabajo en función del planning y elaborar la próxima misión, dependiendo de las previsiones de clima, viento y oleaje. Aquí es la naturaleza la que marca los tiempos de trabajo. Para ganar tiempo para el día siguiente, los técnicos preparan el material en cuanto vuelven. Por fin se acaba la jornada laboral. La plataforma en la que viven es una bendición: hay un gimnasio para los técnicos, una mesa de billar, un futbolín, una zona de descanso con grandes sofás y, por supuesto, un comedor. Cada uno dispone de una habitación de 12 metros cuadrados con cuarto de baño. Es importante poder aislarse, sobre todo cuando el clima no acompaña durante varios días y el viento y las grandes olas no permiten trabajar en los aerogeneradores.


¿Claustrofobia? Odila no sabe lo que es. Algunos técnicos se dedican a estudiar hasta que vuelve el buen tiempo. Otros juegan a la Playstation, que trajeron para pasar las horas. Otro punto fuerte que facilita el trabajo en alta mar: la OAP dispone de una conexión a Internet de alta velocidad. Hay muchos padres de familia que suelen aprovechar para conectar virtualmente con los suyos. Hay incluso horas fijas para dar las buenas noches. Y no hay ningún límite, no como antes. Odila aún recuerda cuando todos vivían en una barcaza y tenían muy poco contacto con el mundo exterior. «Me encantó, de verdad... La comunidad, las conversaciones, la proximidad, el contacto, fue toda una experiencia. Pero bueno, es mejor dormir sin oleaje... ¡El estómago y el sentido del equilibrio lo agradecen!

«Prevemos muchas cosas que hacer, pero de manera que se puedan ajustar por si necesitáramos hacer cambios. Nos sentimos realmente como en un microcosmos en medio del mar del Norte, solo trabajamos y esperamos, aunque el amanecer y la puesta de sol sean magníficos y a veces veamos delfines o marsopas nadar felices al lado del barco.» En offshore, todo es cuestión de esperar.

 

Texto : Susa Schreiner

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