Patagonia 2015: una travesía hasta el Cerro Torre

La Patagonia siempre reserva sorpresas –buenas o malas, incluso las dos a la vez– para los que viajan allí. Luka Lindic no se ha escapado de la regla en su primer viaje a este lugar granítico y glaciar fuera de lo común y tan codiciado por los alpinistas. Junto a sus compatriotas Luka Krajnc y Tadej Krišelj, tenían planeado ascender una nueva vía en el Cerro Torre, pero la meteorología les hizo cambiar de planes. Forzados a continuar fuera del camino «previsto», el trío acabó por realizar vías interesantes y bonitos descubrimientos. Para Luka ha sido un apasionante viaje iniciático.

Apertura de mente

“Al venir a la Patagonia por primera vez, me he dado cuenta que si existe un lugar en el mundo donde no se puede planificar por adelantado, es aquí. Habiendo dicho esto, es un lugar perfecto para maximizar las breves ventanas de buen tiempo y las condiciones particulares. Mi compañero de cordada no pudo venir debido a un accidente en parapente. Estaba contento de poder reunirme con los dos eslovenos Luka Krajnc y Tadej Krišelj. Su idea de abrir una nueva vía en el Cerro Torre era muy motivadora y estaba mas que contento de poder «engancharme con ellos».

Tiempo adverso 1, Estilo alpino 0

Ya que el estilo alpino de una ascensión siempre es algo primordial en nuestra filosofía, nos pusimos de acuerdo fácilmente sobre la forma de escalar: sin cuerdas fijas, sin puños bloqueadores ni otras técnicas similares para facilitarnos la escalada. El estilo alpino minimalista era la única elección lógica y aunque fuéramos conscientes que tendríamos más posibilidades de fracasar, también sabíamos que intensificaría la experiencia. Cuando llegué a El Chaltén, Luka y Tadej ya habían intentado la nueva vía pero tuvieron que dar media vuelta desde el primer día debido a las fuertes lluvias. Después, realizaron una bonita vía en Mojón Rojo, una cima que es poco frecuentada. En menos de una semana, estábamos de vuelta al Cerro Torre. Ya que la ventana de buen tiempo prevista no era suficiente para la duración de nuestro proyecto, decidimos aligerarnos todavía más y hacer la primera parte de noche. Avanzamos bien durante la noche pero nos dimos cuenta de que no saldría bien por el poco buen tiempo de que disponíamos y las condiciones. Un poco decepcionados, descendimos en rápel y volvimos a El Chaltén el día siguiente.

Optimismo en el Exocet

Debido a que las temperaturas parecían demasiado bajas para escalar en roca, nos encontramos en la vía Exocet de la Aguja Standhart. Cuando alcanzamos el Collado Standhardt al amanecer, hacía un calor inusual, pero esperamos a que la chimenea de hielo estuviera todavía en buenas condiciones.
Nos cruzamos con un equipo americano bajo los largos de hielo que acababa de comenzar el descenso en rápel debido a las temperaturas peligrosamente altas. Nosotros éramos más optimistas que ellos y conseguimos escalar tres largos más, pero una vez llegados a la mitad de la chimenea, las caídas de hielo y piedras nos obligaron a dar media vuelta. Completamente empapados, iniciamos el descenso en rápel. Aunque hasta allí todo se había convertido en agua de borrajas, continuamos siendo optimistas y abiertos a cualquier idea.

Una travesía increíble

Una de estas ideas dio su fruto hacia el final de nuestro viaje, en el campamento Niponino. Debido a la meteorología inestable, decidimos hacer una larga travesía por diversas cimas de las agujas Adelas, y después encadenar con la vía Ragni en el Cerro Torre. El itinerario nos permitía progresar con mal tiempo. Por la tarde empezamos de nuevo desde Niponino y ascendimos hasta una planicie por debajo del collado de Trento. Al final del día, abrimos traza en nieve profunda, un poco agotador por el lugar a causa de las placas de viento, antes de encontrar un buen sitio para el vivac debajo de un pequeño serac. Después de solo cuatro horas de descanso, continuamos hacia Adela Sur. A continuación, seguimos la arista con muy buenas condiciones para atravesar las cimas de Adela Central y Adela Norte. El paso difícil de esta parte fue en el descenso, como estaba previsto, donde tuvimos que sortear champiñones de nieve gigantescos hasta el collado de la Esperanza. Del collado ascendimos al Elmo para encontrar un sitio de vivac perfecto en la vía Ragni; sólo tuvimos que cruzar una pequeña cueva de nieve para acomodarnos. Aquí nos encontramos con Carolina y Christina, dos chicas que acabaron por hacer la primera femenina de la vía Ragni.

La cueva de nieve fue finalmente una muy buena idea, ya que no llevábamos tienda de campaña y durante la noche cayeron unos 5 cm de nieve. El día siguiente, las condiciones del hielo eran bastante buenas para ascender a la cima del Cerro Torre. Montamos rápeles en la arista sudeste, donde nos encontramos a Mark, que también descendía después de haber conseguido el encadenamiento Corkscrew en solo. Pasamos la noche juntos en la grieta del collado de la Paciencia antes de descender a El Chaltén el día siguiente. Acabamos nuestro viaje realizando una vía que no estaba en nuestro programa original. Las vistas panorámicas de la arista Adela eran imponentes y escalar las extrañas formaciones de hielo de la vía fue simplemente fantástico. Al final, no nos podíamos quejar."