Esquiando alrededor del monte Aspiring: ¡la imprevisible Nueva Zelanda!

Thomas Vialletet, Nick Morgans y Beck McWatters, apasionados de los viajes y guías de alta montaña, tenían un sueño un poco loco: atravesar con esquís y sin asistencia motorizada, la mayor cadena montañosa de Nueva Zelanda, los Southern Alps. El desafío tuvo lugar en el 2015. Thomas Vialletet nos explica hoy su expedición durante la que «saber gestionar lo imprevisto» tomó todo su sentido.

Nick y Beck en el glaciar Upper Volta

Persiguiendo un sueño

Nueva Zelanda es un país escarpado dividido en dos islas. La más espaciosa, pero también la menos poblada, la isla del Sur, acoge los Southern Alps, la mayor cadena montañosa de este país cuya columna vertebral se denomina Main Divide. Nuestra original idea era atravesar esquiando esta cadena de este a oeste pasando por la Main Divide, a los pies del monte Cook, en un par de días y sin ninguna asistencia motorizada.

Shovel Flat en la parte superior de la Matukituki Valley

Desde el inicio, ¡cambio de planes!

El macizo Southern Alps, que ya era difícil, se nos hizo totalmente inaccesible. La razón: la prohibición de los propietarios de las tierras de atravesar sus parcelas porque precisamente era la temporada de alumbramiento de los corderos. Como el plan inicial había fracasado, tuvimos que optar por la exploración del Monte Aspiring, situado más al sur. La idea era atravesarlo de sur a norte o incluso hacer la vuelta, muy emocionante ya que nadie lo había hecho de forma integral.

De izquierda a derecha: Material para el viaje en el aparcamiento / Salida con una gran mochila hacia French Ridge Hut… ¡Una aproximación de más de 7 h! 

Así que iniciamos el recorrido con comida para 5 días, los esquís a la espalda, dejando atrás los coches en Rasberry Creek, en Matukitu Valley. Una larga marcha a través de la típica vegetación densa de Nueva Zelanda que nos sirvió de calentamiento. Después de recorrer quince kilómetros y 1000 m de desnivel, alcanzamos el primer refugio, French Ridge Hut, a 1450 m, cerca del monte Aspiring.De arriba hacia abajo: Nick en French Ridge Hut / Secando el material / French Ridge Hut bajo el cielo neozelandés

Entre la magia de la expedición y el mal tiempo

Tras haber pasado una buena noche, nos pusimos finalmente los esquís. El cielo estaba despejado y el tiempo, frío y un poco ventoso. Sin embargo, justo cuando empezamos a recorrer el glaciar, nos vimos rodeados por unas nubes bajas, que nos avisaban de una pequeña borrasca que dejó algunos centímetros de nieve virgen. Continuamos avanzando a través de la blanca inmensidad en dirección a Colin Todd Hut, a 1750m situado en el lateral oeste del Monte Aspiring.

De izquierda a derecha: Contenido de la mochila / Aproximándonos a Quaterdeck entre French Ridge Hut y Colin Todd Hut

Encuentros en la niebla

En la noche, tres neozelandeses, que habíamos conocido en el refugio, habían salido para hacer la ascensión del Monte Aspiring. Algunas horas más tarde, en plena niebla, nos los encontramos volviendo de la cima. Después de algunos giros y un buen ascenso, nos plantamos en Colin Todd Hut. Fuera empezaba la tormenta... No teníamos nada claro la estabilidad del tiempo para continuar nuestra aventura, así que decidimos llamar para informarnos sobre el último parte meteorológico. Nos explicaron que las nubes se iban a despejar por la mañana durante algunas horas, dejando paso a un espléndido cielo azul. Por tanto, continuamos con nuestro periplo, dejando el confort del refugio para adentrarnos en lo desconocido.

De izquierda a derecha: Monte French y glaciar Bonnard después de una noche de tormenta en Colin Todd Hut / Nick y Beck observando el itinerario, por encima del glaciar Lower Volta / Arnés Petzl Tour y su útil portatornillos

En el glaciar Therma, vertiente salvaje del Monte Aspiring con vistas al Waiatoto Lake y al espacio salvaje del mismo nombre

La cuenca inferior del glaciar Volta

¡Escogiendo la aventura!

La cuenca norte del Monte Aspiring está poco transitada. Debíamos ser de los primeros 10 esquiadores en pisar este territorio. La zona está recubierta por grandes glaciares con muchas grietas verticales, donde el recorrido entre estos profundos agujeros no es nada fácil. Continuamos el trayecto por un terreno difícil donde la retirada se hacía cada vez más difícil… hasta llegar a un punto de no retorno. Sin embargo, ambos estábamos de acuerdo y escogimos sumergirnos completamente en la aventura. 

Al finalizar el día, nos encontramos en el glaciar Upper Volta, después de haber atravesado desde la mañana los glaciares Therma y Lower Volta. Un perfecto emplazamiento de vivac se nos presentó: una pequeña cavidad rocosa seca nos ofrecía resguardo bajo un gran bloque. Después de excavar un poco y una buena cena liofilizada, finalmente nos quedamos dormidos.

Vivac bajo un gran bloque justo en el borde del glaciar Upper Volta

En el infierno blanco

Al día siguiente, el cielo estaba despejado. Nos merecíamos una preciosa salida de sol en el Monte Aspiring. Desafortunadamente, el tiempo se giró demasiado rápido y se instauró una tormenta hacia las 10 h, que nos impidió encontrar el camino en ese infierno blanco.

Ascenso con tormenta para intentar alcanzar Ruth Ridge

Sin embargo, alcanzamos nuestro objetivo: la cima de Ruth Ridge a 2.100 m. Pero rápidamente, nos dimos cuenta de que nuestro itinerario de descenso era imposible de realizar. Una gran cornisa desplomada nos impedía el acceso a ese lugar que ya de por sí era complicado de descender en invierno. ¡Media vuelta! Y de regreso al vivac. La tormenta depositó durante la noche hasta 40 cm de nieve.

En nuestro vivac en el glaciar Upper Volta

¡Tentando a la suerte!

Sin embargo, íbamos a arriesgarnos a salir de allí… sabiendo que la salida sólo podíamos hacerla hacia delante, ya que tomar la ruta que habíamos dejado atrás era totalmente imposible y todavía menos con nieve fresca. Un plan B nos llevó a los confines del glaciar Upper Volta, en la confluencia con el glaciar Purity a una decena de Kilómetros de nuestro vivac. La idea era rodear Beauty Ridge por el oeste para alcanzar Pearson Saddle, descender Wilkin Valley, primero con esquís y después andando un largo trayecto hasta el pueblo de Makaroa y la civilización. Desafortunadamente, estábamos en una situación en la que no podíamos avanzar: demasiada pendiente, demasiado expuestos a los aludes sobre todo con la nieve reciente. Por segunda vez, decidimos dar marcha atrás y volver al vivac.

Beck contra el viento, lejos en el glaciar Upper Volta con el glaciar Therma de fondo

Sin forzar los límites

Sólo nos quedaba una posibilidad de salida, vía Rainbow Pass y el collado Montcrief. Una llamada al valle nos anunció una nueva perturbación, y para acabarlo de arreglar, empezábamos a andar cortos de comida y gas. Después de una larga reflexión, decidimos llamar a un helicóptero para que nos viniera a recoger y evitar estar bloqueados bajo ese bloque de roca sin posibilidad de podernos mover, sin gas ni comida durante varios días. 

Fue una decisión difícil de tomar, ya que implicaba poner fin a nuestra aventura y abandonar la idea de un viaje ¡sin asistencia motorizada! Sin embargo, no quisimos ir más lejos todavía en esta exploración en esquí… ¡ya habíamos ido demasiado lejos! Y volvimos a casa sanos y salvos.

Todavía estamos muy motivados para emprender nuevas aventuras. A veces, hay que saber renunciar, aunque las condiciones no sean extremas, para evitar encontrarnos en una situación de superviviencia. La travesía y la vuelta al Monte Aspiring en esquís queda por hacer. La solución parece ser vía el collado Montcrief... ¡¡¡aviso para los aficionados!!!

Monte Aspiring / Tititea (3033m) y su cara Noreste

Extra: mapas topográficos

Mapa n°1: El macizo del monte Aspiring en Nueva Zelanda

Mapa n°2: Itinerario previsto para realizar la travesía del macizo del monte Aspiring

Mapa n°3: zoom de los diferentes intentos realizados desde el vivac

Mapa n°4: zoom del inicio de la travesía