El transporte de nuestros productos, para reducir nuestras emisiones de CO2

Al margen de la iniciativa de ecodiseño, que ha dado lugar a la optimización de productos de referencia como nuestro nuevo aparato para asegurar NEOX®, Petzl ha lanzado un segundo plan de envergadura para reducir sus emisiones de CO2: la optimización de sus flujos de mercancías, en prioridad en la zona Asia Pacífico. Este proyecto estratégico para avanzar en la realización de nuestros compromisos medioambientales se ha dividido en varias fases y se desarrollará a lo largo de varios años. La primera fase, que acaba de terminar, ya presenta resultados alentadores y ha permitido poner la primera piedra de un esquema logístico mundial renovado y optimizado.

Cartografía de los flujos logísticos

¿Qué se esconde tras los términos «flujo» o «esquema logístico»? 

Designan, simplemente, el inventario de cada transporte que requiere Petzl: el abastecimiento de materias primas hacia nuestras fábricas, el almacenamiento de los productos y la expedición a nuestros distribuidores. Nuestros equipos logísticos comenzaron a realizar un listado y una cartografía de estos puntos en 2020, localizando y cuantificando todos los volúmenes transportados para o por Petzl. En aquel momento, se trataba de obtener una estimación de esos volúmenes para poder convertirlos en emisiones de CO2, necesarias para realizar nuestro primera huella de carbono. El balance reveló que el transporte de mercancías era el segundo factor de emisiones más importante con un 25 % del balance de carbono global de la empresa, alrededor de 11 000 toneladas de CO2 al año.

Primera observación: mientras que el transporte de materiales hasta nuestras fábricas y entre ellas solo representa una ínfima parte de esas 11 000 toneladas, la cifra es totalmente distinta para el transporte desde nuestras fábricas hasta nuestros clientes. Con la idea de satisfacerlos lo mejor posible, en ocasiones aún debemos dar prioridad al transporte aéreo para las entregas. Esto genera un coste medioambiental considerable, dado que el transporte aéreo representa más del 80 % del impacto de carbono de esas entregas para menos del 17 % de los volúmenes transportados.

Segunda observación: el análisis de las diferentes regiones del mundo mostró rápidamente que la zona Asia Pacífico ofrecía una fuente de optimización, ya que nuestros productos fabricados allí debían pasar por nuestro centro logístico principal en Francia para reenviarse posteriormente a nuestros clientes de Asia y Oceanía.  El transporte desde y hacia esta zona representaba el 15 % de la totalidad de los flujos, es decir, 1700 toneladas de CO2 eq. Por eso, era un sinsentido financiero y ecológico que hemos querido corregir con prioridad.

Repensar un modelo logístico más ético

Con la intención de reducir ese impacto medioambiental sin que ello afecte a nuestros plazos de entrega, hemos aumentado nuestra capacidad de almacenamiento en Asia para poder almacenar una mayor cantidad de productos fabricados allí y enviarlos a nuestros clientes de la zona. Estos últimos han tenido que aceptar un funcionamiento temporal mediante dos pedidos diferentes: uno para los productos europeos (transporte aéreo o marítimo) y otro para los productos asiáticos (transporte marítimo exclusivamente). Este cambio ha sido bien recibido y ha permitido una importante reducción de la huella de carbono de cada una de las partes y, al mismo tiempo, una mejora de los plazos de abastecimiento. Establecer este nuevo funcionamiento ha requerido, asimismo, la integración de dos nuevos colaboradores Petzl que refuerzan nuestra presencia en ese centro logístico asiático.

Al optimizar ese flujo, hemos conseguido reducir nuestras emisiones de CO2 en un 20 %. Esta reducción podría suponer un 93 % si optáramos exclusivamente por el transporte marítimo. Nuestro próximo desafío consiste en involucrar a nuestros clientes en la iniciativa, buscando juntos soluciones que podrían beneficiarnos a todos para reducir el uso del transporte aéreo.

Gilles Puleio, responsable del desarrollo del proyecto, recuerda la voluntad de Petzl de avanzar: «aunque las exigencias relativas al impuesto sobre el carbono nos habrían conducido probablemente a pasar a la acción en los años siguientes, la realización de nuestra huella de carbono completa en 2020 y nuestros objetivos, muy ambiciosos, de reducción de emisiones de CO2, fueron el verdadero desencadenante. Estamos orgullosos de haber iniciado este proceso proactivo sin esperar que una reglamentación nos obligue a hacerlo».

Relocalizar la producción, el almacenamiento y las expediciones

Ya se han programado dos otras fases. En los próximos años, deberíamos continuar por este camino para reducir aún más el impacto medioambiental de nuestros transportes: permitir el almacenamiento de los productos de fabricación europea en Asia daría a nuestros clientes la posibilidad de abastecerse únicamente de manera «local», gracias a un punto de abastecimiento único para la totalidad de productos Petzl y, del mismo modo, al desarrollar capacidades de fabricación en cada centro repartido en cada gran zona geográfica (América, Asia, Europa del norte, Europa del sur) permitiría una producción y una expedición locales.

El impacto del transporte de cada producto se estudia, de este modo, mediante el Análisis del Ciclo de Vida.