Repetición de la vía Bonatti en la cara norte del Cervino
En febrero del 2015 un sueño se hizo realidad para Felix Sattelberger de Petzl Alemania: él y Reini Hones realizaron una de las raras repeticiones documentadas de la vía Bonatti en la cara norte del Cervino. A continuación, el relato de Felix de los dos días y las dos noches difíciles en la montaña de las montañas.
11 Marzo 2015
Alpinismo
Reini en la Traversée des Anges: uno de los puntos clave de esta expedición ©Felix Sattelberger
En noviembre del 2014 estuve por primera vez en el Cervino. Un sueño se hacía realidad cuando escalé la vía Schmid en un día con mi compañero Nils. Un día perfecto – en principio: empezamos a las 3:30 h, habíamos llegado sin ningún problema a la cima (12:00 h) y habíamos vuelto al refugio Hörnli (18:00 h). El hecho de que de 20 a 25 escaladores estaban en la vía era nuevo para mí. Me había preparado para pasar un día de escalada solos en la montaña, donde tendríamos que buscar el paso y tomar decisiones. Así que esta expedición me dejó un regusto de decepción.
Izquierda : Aproximación con esquis al refugio Hörnlihütte © Reini Hones Derecha: en la parte inferior de la pared. ©Felix Sattelberger
Tenía ganas de volver al Hörnli. La llamada de la montaña era intensa y Reini Hones de Innsbruck se entusiasmó de inmediato por este proyecto de escalar la vía Bonatti. Los dos estábamos disponibles en febrero y esperábamos tener buen tiempo.
El domingo 8 de febrero había llegado. El viento del norte se orientaba al sur anunciando 4 días de sol. La mochila estaba casi lista y el lunes por la tarde ya estábamos trabajando y trazando el pie de la vía. Los 80 cm de nieve en polvo y el riesgo de alud importante hicieron que esta expedición fuera agotadora y delicada.
El punto crucial, una escalada en una pared inclinada al final de la Traversée des Anges. © Felix Sattelberger
Todavía en la Traversée des Anges ©Reini Hones
Realmente la expedición empezó el martes a las 4:00 h. Nos costó una buena media hora atravesar la rimaya poniendo nuestros nervios a prueba antes de llegar por fin al pie de la pared. A partir del segundo largo, el terreno se iba haciendo más vertical y con la roca se iba desintegrando más. A continuación, pudimos progresar en simultáneo en una buena parte hasta la llegada de la Traversée des Anges donde la progresión se hizo más delicada y más difícil de asegurar. Un pequeño rápel nos llevó al final del flanqueo. Tuvimos que confiar en nuestro instinto que nos condujo con un largo corto vertical de 15 metros a un terreo mixto más llano.
Vista de la parte superior de la cara norte del Cervino ©Felix Sattelberger
Todavía escalamos algunos largos hasta el anochecer. Reini escaló en cabeza e instaló la reunión. Cuando le alcancé, me alegré de poder poner los pies en un pequeño rellano. Miramos la hora inspeccionando el entorno, nos miramos y decidimos: este lugar era de lejos lo más confortable que había. Así que instalamos nuestro vivac y preparamos una sopa. Para postre, nos quedaban cacahuetes deliciosos y unas lonchas de bacon.
Reini en el vivac de esa noche... ©Felix Sattelberger
Esa noche fue difícil y fría. La cinta, a la que estábamos enganchados al pitón estaba tensada en todo momento. Nos alegramos cuando el reloj sonó a las 4:00 h. Nos costó levantarnos. Todo lo que no podíamos sujetar con nuestras manos, lo teníamos que enganchar en algún sitio. No había sitio para colocar casi nada. La reunión donde habíamos dormido era demasiado pequeña.
Todo esto hizo que estuviéramos preparados para salir a las 6:00 h. La continuación de la vía era muy rápida y comprometida con paso de mixto y estrechas goulottes de hielo. Después de un corto flanqueo pendulando en El Capitan nos encontramos de nuevo en un sistema de goulottes que continuaba hasta la vía Schmid.
En los largos después del vivac ©Reini Hones
La salida de la vía Schmid era un sueño. La vía de repente era más fácil y pudimos avanzar rápidamente hasta llegar a la cima con la puesta del sol. Estábamos al límite de nuestras fuerzas. Un momento infinitamente bonito e intenso. Estábamos muy felices y saboreamos todavía algunos minutos la tranquilidad y la puesta de sol que nos daba fuerzas, llenándonos de gran satisfacción.
Calidad típica de una reunión en la cara norte del Cervino ©Felix Sattelberger
Al fin, en la cima ©Reini Hones
Finalemente salimos en dirección al refugio Solvay. Descendimos en rápel hasta el refugio como por inercia. Llegamos a las 21 h. Después de una noche de confort formidable, proseguimos nuestro descenso al refugio Hörnli, casi no nos podíamos creer que todo había sucedido como lo habíamos planeado. Después de un descenso en esquí por el valle, nuestra expedición invernal terminó en Zermatt. Estábamos contentos y satisfechos al tomar la carretera de vuelta a casa.
Puesta de sol en la cima del Cervino: un final de expedición formidable ©Reini Hones
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